Quiero ser el lugar seguro de mis hijos siempre
- Camila Rodriguez

- 10 ago
- 2 Min. de lectura
Encontrar el balance, el equilibrio perfecto entre ser guía y ser amigo de nuestros hijos puede llegar a ser bastante complejo si caemos en la trampa de la educación tradicional, en la cual los padres somos siempre una figura de autoridad, y dentro de la cual cabe el pensar que algunas veces nuestras opiniones o creencias sobrepasan aquellas de nuestros hijos.
Que triste vivir en una sociedad en la que aquellos que deben ser nuestro hogar, se tornan tantas veces en la fuente principal de nuestros mayores traumas.
A los niños se les trata muchas veces de moldear de tal forma que puedan ser aceptados y que se adapten a unos estándares sociales que son en ocasiones ridículos.
Que triste que en vez de potencilizar la individualidad y aquellas cosas que hacen de nuestros hijos personajes de luz, convirtamos esos atributos en fuente de crítica. “No hables tanto” “Habla más bajito” “Estás molestando” “¿No te da pena?” “¿Qué van a pensar de ti?”. Durísimo crecer de esta forma. Durísimo ser forzados a ser quienes no somos realmente, todo por encajar en un ideal absurdo.
Yo aprendí la lección a través de la experiencia, y para mí fortuna, lo hice cuando mis hijos todavía estaban pequeños. Yo también había caído en la trampa, y hablo más a fondo de eso en mi libro “Lecciones aprendidas de una mamá primeriza”. Sin embargo, escogí ser el lugar seguro de mis hijos, en lugar de ser una fuente de inseguridad y baja autoestima. Escogí dejar de lado los paradigmas, y trabajar en el carácter y la autenticidad de mis hijos. Escogí su bienestar sobre el que dirán. Y con esto escogí la libertad para mis hijos. La libertad de ser quienes quieran ser. Y como digo siempre auque no sea una frase mía, libertad que llega hasta donde empieza la del otro.
Es decir, entiendo que vivimos en sociedad y que los seres humanos por naturaleza somos comunidad, así que no debemos lastimar al otro con nuestros actos, y esto lo tienen muy claro mis hijos.
Pero también tienen muy claro que siempre voy a estar para ellos, que siempre los voy a ayudar (aunque no siempre sea de la manera que más quieren sino de la manera que más les convenga), que el amor de mamá es absolutamente incondicional y que mantendremos siempre una conversación abierta y de doble vía. No quiero como dije antes que sientan que si me cuentan cosas que para ellos son importantes van a recibir críticas, sino que quiero que sientan que tienen el apoyo incondicional de mamá.










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